29 octubre 2007

En Valparaíso
Una vía hacia la cultura de la paz
Entre el 22 y 27 de octubre se realizó el III Congreso Mundial de Mediación. El encuentro reunió a mediadores, funcionarios públicos, académicos y público en general, interesados en el estudio y práctica de la mediación como una de las vías alternas a la solución de conflictos.

Transitar hacia una cultura de la paz y la concordia resulta una tarea compleja que reclama la participación de todos los actores de la sociedad, ya que el paradigma de la cultura de la violencia es como un cáncer que invade todos los órganos del tejido social. Protagonistas y testigos de una cultura de la violencia lo son la familia, la escuela y la comunidad, que son paradójicamente las instituciones socializadoras fundamentales, cuya misión primordial es desarrollar en cada individuo armónicamente su personalidad.

En ese sentido la mediación ha experimentado la metamorfosis de una simple técnica al servicio de los promotores de la cultura de la violencia, a una metodología capaz de producir en los mediados la conciencia de que existen senderos para mejorar sustantivamente las relaciones interpersonales y grupales, y en consecuencia, la comprensión de que son gestores de un cambio en la cultura.

OBJETIVOS DEL ENCUENTRO

Diversos objetivos se plantearon en el III Congreso Mundial de Mediación organizado por la Red de Centros de Mediación de Chile A.G. en Valparaíso. Entre ellos destaca revisar los avances de los modelos de mediación que actualmente se aplican en el planeta, valorizar los alcances de la mediación como movimiento de paz y concordia social, evaluar el aporte de la mediación en la democratización de las instituciones socializadoras, compartir investigaciones sobre la mediación en sus distintos ámbitos de aplicación.

Así también este congreso buscó establecer estrategias para difundir la práctica de la mediación en instituciones públicas, privadas y sociales, diseñar estrategias para que los gobiernos incorporen la mediación en las distintas ramas del derecho positivo y avanzar en las estrategias para que la mediación se incorpore en el currículum escolar en todas las etapas del proceso formativo, y el establecimiento de su práctica entre todos los actores de la vida en la escuela, entre otros.
Reos ofrecen sus obras
La desconocida labor en la cárcel
Reos condenados descubren sus habilidades.
El obstáculo es la imposibilidad de ofrecer sus productos


Desde muebles, guitarras, joyeros tallados en madera, piezas de cerámica, carteras de cuero y hasta pinturas son algunos de los cientos de productos que elaboran los setenta internos de la cárcel de Valparaíso, que tienen la fortuna de integrar el multitaller.
Allí trabajan durante todo el día realizando con dedicación y paciencia aquellos productos que comercializan, en un quiosco al interior de la cárcel, entre los parientes y amigos de los más de 2.500 internos que se encuentran en el complejo penitenciario o a través de sus propias familias, las que se ofrecen la mercadería al exterior.
Luis Espinoza es uno de los especialistas en trabajos en fierro. “Acá hacemos desde rejas para casas hasta basureros, sillas, faroles y manutención de otros productos usados. También hacemos mesas con mosaicos o madera en conjunto con otros talleres”, explicó este soldador al arco, quién incluso, repara las camas del mismo recinto carcelario, trabajo por el cual recibe un sueldo.
Otro artesano del lugar es Ariel Castro, quien realiza productos tallados en madera. “Ningún producto es igual a otro. Yo tomo un trozo de madera, le doy un sentido, imagino el diseño y comienzo a tallar”, relato Castro quien mostró orgulloso un joyero de madera tallado, un juego de lámparas y las patas de una mesa con rostros cincelados. “Hago cosas no vistas, con estilo colonial o a gusto de cliente” advierte, aunque reconoce que no son muchas las personas que le compran la mercadería. “Desgraciadamente la gente no sabe todo lo que uno hace acá y nosotros no tenemos la forma de mostrar nuestra mercadería”, advirtió.
Frente a esta realidad, Gendarmería habilitó un kiosco en uno de los patios del recinto carcelario donde se reciben las visitas para que los trabajos se conozcan y vendan. Además, el año pasado un grupo de estudiantes de Servicio Social de la Universidad de Valparaíso montaron una exposición en el Centro Cultural porteño, y ahora los interesados pueden ingresar hasta el multitaller o solicitar a los distintos maestros la realización de alguna pieza especial.
Fue así como un grupo de carpinteros trabajo esta semana en la construcción de decenas de literas, muebles que fueron mandados a hacer por una institución particular. Una situación parecida a Castro vive René Vásquez. Lleva 20 años en prisión y durante todo ese tiempo ha trabajado en muebles, ahora, incluso fabrica guitarras, pero muy pocos conocen su oficio.
Otro taller que reúne a varios reclusos es le de artesanía en cuero. En él varios jóvenes internos dan forma a rústicos morrales, carteras de cuero y cinturones para hombre y mujeres, con material reciclado. “Acá nosotros trabajamos principalmente con desechos de cuero regalados o algunos fabricantes de ropa o artículos de cuero o prendas viejas de cuero que nos llegan”, relata uno de los artesanos.

Materiales reciclados
Dos problemas enfrentan estos internos para desarrollar el trabajo. La falta de materia prima y los medios para ofrecer los productos a la comunidad. Por el momento, la mayoría de ellos trabaja con materiales donados por particulares y han demostrado que de los pequeños trozos de madera o desechos de cuero pueden elaborar hermosas piezas
Para logar darse a conocer, Gendarmería permite el ingreso hasta el multitaller de aquellas personas que estén interesadas en ver y comprar productos ( de lunes a jueves entre las 9.30 a las 15 horas y los vienres de 9.30 a 12 horas)

Precios convenientes
Los principales clientes de este módulo son los estudiantes universitarios, quienes por $10.000 pueden adquirir un morral de cuero, que en el comercio encuentran hasta por $30.000, o una cartera en $12.000 y un cinturón a $8.000.
Otro sector donde se desempeñan varios internos es el taller de cerámicas. Allí Alex Cuadros, fabricante de productos de cerámica refractaria, tiene su propia producción de bizcochos y mantiene un stock de unos 500 productos.
Sus principales clientes son particulares que gustan de pintar distintos tipos de cerámicas. Incluso este artesano tienen en el mismo recinto un horno propio para hornear los productos en bruto y tras ser pintados, servicio que también ofrece a la comunidad.En este periodo prenavideño, esta produciendo botas, velas y lunas “#anticuco” reactivos a esa celebración.
Los interesados pueden visitar ere taller para adquirir productos en bruto o pintados. Incluso durante estos días, está trabajando en el lugar una artista japonesa, quien esta enseñando otras técnicas a los internos.
Tan avanzado está este taller, que incluso son capaces de hacer piezas únicas o en serie para instituciones, “Si alguien quiere grabar un jarrón para un amigo, acá hacemos todo, desde el jarrón, el pintado y el grabado”, dijo el artista Alex Cuadros, quien comento que también pueden hacer hasta ceniceros grabados con sellos institucionales en serie.
Otro artesano es Luis Libiot, quien tras ser condenado focalizo sus conocimientos de diseño en la pintura. “Yo trabajaba en publicidad, Ahora hago retratos y pinto cuadros. Incluso ahora construí 50 bastidores para pintar distintos tipos de cuadros, Tal vez algún día pueda mostrar mi propia exposición de retratos y cuadros”, comentó.

PRECIOS
Son todos muy convenientes y conversables. Por ejemplo, una mesa de centro puede costra entre $15.000 y $20.000, dependiendo de la madera
INTERNOS
Unos 200 de los 1.700 internos condenados pertenecen al programa laboral. De ellos unos 70 llegan al multitaller, donde pueden realizar sus propios trabajos.


REPORTAJE PUBLICADO EN EL MERCURIO DE VALPARAISO, 27 DE OCTUBRE.